El grupo de personas más expuestos a este tipo de trauma son los niños entre 6 y 9 años,
especialmente aquellos que presentan anomalías dentomaxilares, es decir, problemas en la posición de sus dientes, principalmente de los superiores.
Otro grupo expuesto son los deportistas que efectúan deportes de contacto sin adecuada protección bucal y por último pacientes que se vean comprometidos en accidentes de tránsito.
En primer lugar, lo indicado es intentar limpiar la sangre de la zona con solución fisiológica, si la tiene disponible, o en su defecto agua de la llave. Después, identificar la zona del tejido blando desde donde sangra y comprimir durante 2 minutos. Luego observar el interior de la boca, poniendo especial atención a:
- Límite del diente y la encía: identificar qué dientes y zonas de la encía presentan sangramiento, para luego informar al odontólogo.
- Cambio de posición de algún(os) diente(s): en este caso envolver sus dedos en una gasa o trozo de tela e intente volver el diente a su posición original ejerciendo una presión suave, si causa mucho dolor o bien no lo logra acudir rápidamente al odontólogo
- Ausencia de alguno(s) dientes: en caso de dientes definitivos buscar en el lugar del accidente el diente perdido, tomarlo sin tocar la raíz y lavarlo suavemente con solución fisiológica o bien con leche envasada, ojala fría, solo dejar correr el líquido sobre la raíz y no escobillar. Intentar volver a poner el diente en su lugar y acudir rápidamente al odontólogo más cercano. Si no logra poner el diente en posición, llevarlo sumergido en leche fría al odontólogo más cercano, el tiempo entre la pérdida del diente definitivo y el reimplante es vital para su pronóstico posterior. En caso de pérdida de dientes temporales acudir sin reimplantar al odontólogo más cercano
- Pérdida de estructura del diente: si observa dientes fracturados mire si los fragmentos están en la boca del paciente, retírelos y almacénelos en un recipiente con suero, leche o agua. Si no están en la boca búsquelos y almacénelos de igual forma y acuda al odontólogo más cercano
Los traumatismos más comunes son las fracturas del diente, específicamente en la corona dentaria (zona visible del diente sobre la encía). Esta fractura puede comprometer la estructura superficial del diente (esmalte), tejido medio (dentina, de color más amarillo) y la pulpa (tejido blando más interno del diente que contiene vasos sanguíneos y nervios)
En la atención de urgencia el odontólogo, dependiendo del caso, efectúa sutura de los tejidos blandos y evalúa si corresponde efectuar reubicación del diente y si corresponde se deja una fijación por el tiempo adecuado a cada diagnóstico.
En el caso de fracturas dentarias evalúa la posibilidad de adherir el fragmento de diente fracturado si es que este es traído por el paciente o restaura el diente. Si la pulpa está expuesta efectúa el tratamiento pulpar ojalá lo más conservador posible.
Una vez manejada la Urgencia el odontólogo debe orientar al paciente sobre las posibilidades de secuelas a largo plazo asociadas al tipo de trauma y deriva a control con el endodoncista para el seguimiento del caso
El principal crecimiento e innovación en el tratamiento de estos traumatismos lo han dado la aparición de nuevos materiales que se usan para proteger la pulpa (nervio del diente) en caso de que esté comprometida, permitiendo tratamientos más conservadores.
Otra innovación se da en el manejo de las complicaciones a largo plazo que pueden dar estos traumatismos, que son principalmente en la pulpa dental y son manejadas por los Endodoncistas, que realizan terapias regenerativas que propendan a crear nuevo tejido al interior del diente que permita mantenerlo en boca por más tiempo, retrasando por varios años la necesidad de un implante o incluso evitando la necesidad de este si el paciente es constante en sus controles y el procedimiento es ejecutado por expertos en el área.
En cada dentición los traumatismos pueden dar complicaciones a corto y largo plazo, en el caso de traumas en dientes primarios una de las consecuencias es alterar al diente definitivo, por ejemplo con la aparición de manchas.
Ambos tipos de dentición coinciden en que la complicación más frecuentes a largo plazo es la necesidad de realizar un tratamiento de conducto, por esto es importante hacer un seguimiento a largo plazo de los pacientes
Como un accidente es un suceso inesperado, lo que se puede hacer es tratar oportunamente los factores de riesgo:
- Malos hábitos: eliminar tempranamente los malos hábitos de succión digital (dedos) y/o de chupete, que provocaran malformación del hueso que sostiene los dientes dejándolos en una posición más anterior y expuestos al trauma en un accidente. También el control del patrón de respiración es importante ya que pacientes con hábito de respiración bucal tienen los dientes anteriores más expuestos y no protegidos por el labio superior.
- Detección precoz de anomalías dentomaxilares (dientes en mala posición): efectuar tratamiento de ortopedia y ortodoncia en los pacientes con este problema ya que de no hacerlo los dientes quedan más expuestos en un golpe o caída.
- Uso de protector bucal: recomendado para personas que efectúan deportes de contacto, de manera de minimizar el impacto de un golpe.