Las muelas de juicio, o terceros molares, son los dientes permanentes de la boca que salen últimos.
Estas muelas suelen salir entre los 17 y los 25 años de edad. A algunas personas nunca les salen las muelas de juicio. En otros, las muelas de juicio salen normalmente, al igual que las otras muelas, y no causan problemas.
Muchas personas tienen las muelas de juicio impactadas —muelas que no tienen lugar suficiente en la boca para salir y desarrollarse normalmente. Las muelas de juicio impactadas pueden no salir o salir de manera parcial.
Tal vez deban extraerte las muelas del juicio impactadas si te provocan los siguientes inconvenientes:
Dolor
Acumulación de alimento o de residuos detrás de las muelas del juicio
Infección o enfermedad de las encías (periodontitis)
Caries dental en una muela del juicio que salió en forma parcial
Daño de los dientes próximos o del hueso que la rodea
Formación de un saco lleno de líquido (quiste) alrededor de la muela del juicio
Complicaciones con los tratamientos ortodóncicos para enderezar otros dientes
Mientras te recuperas de la cirugía, sigue las instrucciones del dentista sobre lo siguiente:
Sangrado. Puede salir algo de sangre el primer día después de la extracción de la muela del juicio. Evita escupir mucho para que no se desplace el coágulo sanguíneo de la cavidad. Reemplaza la gasa en el lugar de extracción como te indique el dentista o el cirujano oral.
Control del dolor. Puedes controlar el dolor con un analgésico de venta libre, como paracetamol (acetaminofeno) (Tylenol u otros), o un analgésico recetado por el dentista o el cirujano oral. Los analgésicos recetados pueden ser especialmente útiles si se ha extraído el hueso durante el procedimiento. Mantén una compresa fría apoyada contra la mandíbula para aliviar el dolor.
Hinchazón y moretones. Usa una compresa de hielo de la manera que te lo indique el dentista o el cirujano. Por lo general, la hinchazón en las mejillas mejora después de dos o tres días. Los moretones pueden demorar varios días más en desaparecer.
Actividad. Después de la cirugía, planea descansar durante el resto del día. Retoma tus actividades normales al día siguiente, pero durante una semana, como mínimo, evita las actividades extenuantes que puedan hacer que el coágulo sanguíneo se desprenda de la cavidad.
Bebidas. Bebe mucha agua después de la cirugía. No bebas alcohol, café o bebidas gaseosas o calientes en las primeras 24 horas. No bebas con pajilla durante al menos una semana porque la acción de succionar puede mover el coágulo sanguíneo de la cavidad.
Alimentos. Come solo alimentos blandos, como yogur o compota de manzana, durante las primeras 24 horas. Comienza a comer alimentos semiblandos cuando puedas tolerarlos. Evita los alimentos duros, gomosos, calientes o picantes que pudieran atascarse en la cavidad o irritar la herida.
Limpieza de la boca. No te cepilles los dientes, te enjuagues la boca, escupas ni utilices enjuague bucal durante las primeras 24 horas después de la cirugía. Normalmente se te indicará que vuelvas a cepillarte los dientes después de las primeras 24 horas. Ten especial cuidado cerca de la herida quirúrgica cuando te cepilles y enjuágate suavemente la boca con agua salada tibia cada dos horas y después de las comidas durante una semana.
Consumo de tabaco. Si fumas, no lo hagas durante al menos 72 horas después de la cirugía, y espera más tiempo si fuese posible. Si mascas tabaco, no lo consumas durante al menos una semana. El consumo de productos a base de tabaco después de la cirugía bucal puede retrasar la cicatrización y aumentar el riesgo de sufrir complicaciones.
Puntos. Puedes tener puntos que se disuelven en unas pocas semanas o puedes no tener ningún punto. Si es necesario retirar los puntos, programa una cita médica para que te los retiren.
Cuándo llamar al dentista o al cirujano
Llama al dentista o al cirujano oral si presentas alguno de los siguientes signos o síntomas, que podrían indicar una infección, lesión a los nervios u otra complicación grave:
Dificultad para tragar o respirar
Sangrado excesivo
Fiebre
Dolor intenso que no se alivia con los analgésicos recetados
Hinchazón que empeora después de dos o tres días
Un sabor desagradable en la boca que no desaparece después de enjuagarte con agua salada
Pus o exudado en la cavidad
Entumecimiento persistente o pérdida de la sensibilidad
Sangre o pus en la secreción nasal